
Conclusión 1. Si esa situación te resultaba familiar pero es un mal trago que pasas de vez en cuando, puedes considerarlo sólo timidez. La diferencia entre timidez y fobia social es su intensidad. Es normal que en algunas situaciones sociales nos pongamos nerviosos. A todos nos pasa. Sin embargo, si tu nivel de ansiedad es tan elevado que necesitas evitar esas situaciones, entonces tenemos un problema. Este tipo de ansiedad también incluye síntomas físicos que los tímidos no suelen padecer, como que te suden las manos, te ruborices, sufras taquicardias, se te seque la boca, te cueste respirar, tartamudees, o tiemble todo tu cuerpo. La fobia social es un mal compañero de viaje.