Sin ser un donjuanista, he vivido una juventud amorosa y apasionada; pero de amor juvenil y bullente, de pasión equilibrada y sanguínea. Aun cuando toda la navegación tuvimos tiempo de bonanza, como yo iba herido de mal de amores, los primeros días, apenas salí del camarote ni hablé con nadie. En todo me ayudaba aquello de ser yankée el pasaje, y no parecerme [] tan poco muy divertidas las conversaciones por señas. Por todas partes asomaban rostros pecosos y bermejos, cabellos azafranados, y ojos perjuros.
El secreto reside en no permitir que esos errores nos anclen en el pasado o que nos llenen de orgullo tóxico, sino que seamos advertido de admitir que nos hemos erróneo, aprendiendo de los errores cometidos y siendo responsables de las acciones que hemos tenido con otra persona. Si te has equivocado con tu parejala mejor forma de mostrar que te responsabilizas de tus acciones y de que te arrepientes, es pidiendo amnistía. En muchas ocasiones solo decir 'lo siento' no es suficiente. No hay espacio para egos en una relación sana.