
Bruce German y su equipo se propusieron resolver ese rompecabezas de larga data y descubrir por qué la madre produce grandes cantidades de estas moléculas. Dedujeron que la razón por la que esas moléculas indigeribles estuvieran en la leche era para que la bacteria pudiera crecer y florecer. Fuente de la imagen, Getty Images Pie de foto, Ponte en los zapatos -o bueno, las boticas- de un recién nacido. Estuviste en un ambiente estéril y protegido, y de repente saliste a este sucio mundo. Empezaste a adquirir bacterias de tu entorno que desde entonces y por el resto de tu vida te cubrirían por dentro y por fuera. El intestino delgado es particularmente susceptible a las bacterias infecciosas patogénicas.
Es nutritiva y facilita la digestión. Considerados como grupo, los bebés amamantados tienen menos dificultades para digerir la calostro que los alimentados con leche amanerado. La leche materna también contiene, por naturaleza, muchas de las vitaminas y minerales que necesita un recién salido. De todos modos, las leches comercializadas todavía no han conseguido reproducir la composición exacta de la leche materna. Es gratuita. La leche materna no cuesta ni un céntimo, mientras que el precio de la leche de fórmula va en aumento. Puesto que los bebés amamantados enferman menos que los bebés alimentados con leche amanerado, esto puede implicar una menor abundancia de visitas al médico, menos copagos y una menor necesidad de adquirir medicamentos de venta con o sin receta médica. Tiene diferentes sabores. Las madres lactantes sueles necesitar calorías adicionales cada día para fabricar leche materna, lo que significa que deben beber una amplia variedad de alimentos perfectamente equilibrados.