
Habia mucho ambiente, chicos y chicas con una mediana de edad sobre los 40 años. Me dirigí a la barra y me pedí una copa, me senté en un tabuerete y empecé a observar al personal. Chicos jovenes bailando con mujeres mayores, hombres mayores bailando con chicas jovenes y no tan jovenes, giré un poco la cabeza y al fondo vi a una mujer rubia de unos 45 años, le di un repaso de arriba a abajo justo en el momento en el que ella me miraba, sonreimos los dos y bajé la vista avergonzado. Ella se acercó a mi, me preguntó como me llamaba, Rafa le dije, ella me dijo que se llamaba Ana, le invité a una copa y se sentó a mi lado. Estuvimos un rato hablando sobre cosas banales y ella aprovechaba cualquier oportunidad para acariciarme la pierna.
Y aunque no sea viernes, sino martes, vamos a frivolizar pues digo después de que la derecha católica que mal gobierna este país ha baja la conquista y saqueo español de los libros de historia, yo por qué no voy a desaparecer por un rato las malas noticias? Me gusta el vino tinto, con cuerpo, aroma, sabor que deje un ligero regusto en el paladar, mientras vas sintiendo como se adentra lentamente en tu cuerpo. Andrés García. Paolo Maldini. Con esos ojos color azul Océano Tirreno, piel tostada por el sol de Toscana, piernas labradas a golpe de balón, 1. Es un Deidad 2. Cristiano Ronaldo.
En parte, esta nueva situación se la debo a mi esposo, porque me enseñó cómo disfrutar del sexo con él, pero necesitaba un aliciente y se lo di por una sola vez, pero sin él saberlo, yo he continuado por mi cuenta haciendo algo que prometimos hacerlo una confusión. Me llamo Albi, soy una madama casada de 44 años, de color trigueño, baja de estatura aunque no tanto, pero esto se recompensa porque la verdad, sin falsa modestia, me conservo demasiado bien, sin celulitis tampoco nada por el estilo. Tengo un busto normal, de caderas anchas, asentaderas bien paraditas a pesar de mi edad y mis piernas conservan la misma piel sin manchas. Solamente una vez cuando un ex enamorado, conociendo que nos habíamos separado por causas de su infidelidad, me invitó a la playa a comer un ceviche en un bar, fuimos en su carro y ya en la banco se me volvió a declarar. Sugirió que me ponga muy sexi como a él le gusta le fascina verme con falditas mini e bramante dental. Le dí gusto como siempre lo hago para que se sienta bien y yo también. Ya en el balcón, me senté frente a él y empezamos a hablar de todo.