
Introducción al BDSM era el nombre de uno de los talleres a los que tuve la oportunidad de asistir durante el Salón Erótico de Barcelona James a través de sus novelas de Cincuenta Sombras. Para empezar cada inicial significa una palabra: Bondage y Disciplina; Dominación y Sumisión; Sadismo y Masoquismo, que vienen a englobar lo que encontramos en el mundillo. La podemos acoplar al tipo de relación que mantengamos ya que funciona tanto para relaciones abiertas, cerradas, follamigos, matrimonios con tres hijos o incluso para los casos en los que te encuentras esa noche con alguien, te ha dicho que le gusta, y quieres animarte a probar. En segundo lugar, podemos amoldarla a nuestros gustos. O puede ser también que necesites una descarga en los pezones o en el ano para disfrutar plenamente. Da igual. Hay dos cosas que también se deben tener en cuenta si queremos empezar a hacer BDSM, la previa preparación y la post sesión.
Creo que esto tenía que ver con el hecho de que, generalmente, antiguamente de desnudarse, mis clientes no se distinguían del resto de la familia. Empecé a fijarme en personas afuera de la mazmorra que tenían el mismo aspecto que mis clientes, y me di cuenta que cada una tenía una historia propia que contar. Comencé a imaginarme que todo el mundo lo pasa mal para encajar en los roles que nos ponemos, o que nos imponen. Mis clientes me enseñaron mucho sobre la entristecimiento que puede causar, y sobre la libertad de compartir algo que ellos pensaban era extraño o inaceptable. Poco que sustituya el trabajo duro. Una de ellas es que la familia a veces cree que requiere aparte trabajo tener éxito en cualquier ámbito de la industria para adultos.
Flipboard Cerrar Compartir Sobre la mesa de casa de Francisco hay un acuerdo de acuerdo sadomasoquista. En él se acuerda el consenso mutuo y se especifican las distintas técnicas para actuar estremecer al cuerpo de dolor-placer: golpes con distintos objetos, ataduras, diversas formas de humillación-disfrute, millones de maneras de que la carne sufra y sienta. Es un límite al Es una actividad muy satisfactoria que me gustaría que se hiciera en todas las sesiones. Es el espectro de amén de las sesiones en las que se experimenta con el placer por el dar o recibir dolor, ese vicio oscuro que sólo algunos pueden comprender. Lo he pensado mientras iba al encuentro de los dos entrevistados. Sin embargo, hace unos meses tuve un sueño bastante curioso en el que me veía involucrada en una situación cercana al BDSM: una madama con una especie de palas acolchadas me pegaba, y a mí me gustaba. Vaya si me gustaba.