
En realidad, no hace falta ser un aficionado a la cultura japonesa para tener en la cabeza la idea de que el país nipón es una especie de mundo extraterrestre, lleno de frikis y frikadas, con manga y anime por todas partes. Y aunque es cierto que, en comparación con otros países, el cómic y la animación tienen una presencia envidiable en el día a día, eso no significa que todos los japoneses sean unos otakus. Poco después se descubrió que Miyazaki era el autor del asesinato, desmembramiento y posterior violación de 4 niñas. Unos años después, llegaron los ataques con gas sarín en el metro de Tokyo, por parte de la secta Aum Shinrikyo, a quienes definieron también como otakus decían que parte de su inspiración les venía de anime apocalípticoy acabaron de hundir la imagen del aficionado al manga, el anime y los videojuegos. La imagen estereotipada del otaku es muy parecida a la del friki de toda la vida; normalmente gordo, feo, mal vestido y probablemente sucio, con pocas o nulas habilidades para socializar, y que encuentra en la ficción su vía de escape. Pero cuidado con confundirlos, porque aunque hay hikkikomori otakus, no todos lo son. Es curioso comprobar que, cuando en Japón ser un otaku no podía estar peor visto, en Europa o Estados Unidos, empezaban a aparecer aquellos que se proclamaban orgullosos de ser unos otakus sin tener ni idea de las connotaciones negativas que tenía el término en su país de origen… en fin. Mientras en Japón llamar otaku a alguien era insultarle, aquí a algunos le encantaba usar el nombre. Algunos coinciden en que la redención del otaku japonés llegó a mediados de la primera década del siglo XXI por dos vías distintas.
Formó varios equipos entre ellos uno para mujeres ciegas , capacitó a presas y ayudó a mujeres y niñas vulnerables a través del deporte y la educación. Es un camino difícil, pero si luchamos juntas y unidas podremos alcanzar la igualdad. Seamos aperos para el cambio social: actuemos, luchemos, marquemos la diferencia. Si todos luchamos por ello, tendremos un mundo mejor. Castro pertenece a la tercera concepción de una empresa familiar que fabrica autopartes. Esta hija de una maestra, fue senadora por el partido Abrazadera Verde entre y Nemonte Nenquimo Ecuador Líder Waorani nemonte. Es cofundadora de la organización sin fines de lucro dirigida por indígenas Ceibo Alliance.