
Les pagan menos que a los hombres, incluso cuando hacen lo mismo. Y esto no se explica porque ellas sean menos productivas o estén menos educadas. Las mujeres enfrentan grandes desventajas en el mundo del trabajo. Empecemos por la brecha salarial. En todos los países del mundo las mujeres que trabajan a tiempo completo ganan menos que los hombres. Esto en gran medida se debe a un fenómeno de segregación ocupacional, que lleva a las mujeres a ocuparse en oficios peor remunerados docencia, enfermería… y que tienen horarios flexibles.
Nombradía de usuario o dirección de mensajería Contraseña Recuérdame Mierle se puso a fregar al piso. Así, en cuclillas, el peso del cuerpo no se reparte parejo entre las piernas. Recae en las rodillas, en los tobillos. La primera mitad del piso ya estaba enjabonado y limpio, reluciente, por eso, no quiso pensar en los metros cuadrados de polvo que quedaban por barrer. Quien sabe si lo que Mierle sintió por esa primera mitad limpia del piso era auténtica felicidad o mero alivio. Todo se debe al insidioso polvo, se descubrió irritada, que los visitantes meten con las suelas de sus zapatos. Los visitantes, no las visitas, porque en esa ocasión Mierle no hacía el quehacer de la casa, sino el del museo. Antes del matrimonio y del niño, Mierle era artista. La lista del super hacía las veces de su diario.
En esta columna abordaremos la injusta administración del trabajo no remunerado, definido como aquel por el cual no se reciben remuneraciones directas y que es realizado en mayor medida por las mujeres dentro del hogar. Este trabajo sigue siendo ignorado por el Estamento, la academia, la mayoría de los organismos internacionales y por la academia en su conjunto. El trabajo no remunerado comprende actividades que van desde recoger leña, preparar comidas y actuar labores de limpieza en el andurrial, hasta el cuidado y atención de niños y ancianos. Son actividades socialmente necesarias que generan valor económico en la forma de productos y úrico. Estas actividades tienen un costo de producción y de oportunidad, un valor en el mercado y no son ilimitadas.
En el caso del sector transporte esto varía entre el 7. Ellas son las primeras en quienes pensamos cuando imaginamos quién cuida a los niños o a los enfermos, lava la ropa, o limpia el hogar. Realmente, cifras de la OIT del revelan que en el mundo las mujeres realizan La mayoría de los sistemas de transporte, sin embargo, han sido diseñados siguiendo principios de eficacia que atienden a un usuario característico normalmente hombres de mediana edad con todas sus capacidades físicas intactas y que realizan viajes pendulares de la casa al trabajo [2]. Normalmente no consideran los patrones de viaje en cadena de las mujeres hogar-guardería-trabajo-mercado-salud que reflejan las actividades de la juego del cuidado. Afortunadamente, varias ciudades que hacen parte de la red del Transport Gender Lab, han venido realizando estudios que permiten comprender mejor la movilidad del cuidado. Uno de los primeros pasos ha consistido en actuar estudios que recojan datos con aproximación de género, para identificar las deposición de viaje de las y los usuarios. Así por ejemplo, los aprendizaje de los patrones de movilidad de las mujeres en Ciudad de México y el Estado de Jalisco, demostraron las necesidades en cuando a equipamiento, señalización, accesibilidad física, calidad y aplomo en los viajes de las mujeres que llevan a sus hijos en el transporte, que realizan compras, y que viajan con dependientes para llevarlos al sistema de salud y al educativo.