
Mírenme si no, con mi mejor traje recién planchado, camisa de un blanco inmaculado, corbata con el nudo perfectamente ajustado, zapatos lustrados hasta parecer espejos Entonces oí esa carcajada dantesca que lo ocupó todo, noté mi piel erizarse, mis ojos abrirse. Atropellé a mis fantasmas gemelos con dificultad y conseguí salir de allí, todos mis miedos siguieron riendo hasta que recuperé el silencio. No sabia como habia llegado hasta esta parte de la ciudad y es que llevaba una temporada abusando en exceso del alcohol. Se trataba de una zona marginal con todos los males que nuestra sociedad nos brinda. Tenía una mezcla de miedo y resaca porque había escuchado desde chaval miles de historias sobre heroina, putas y problemas. LLegué a unas doscientas pulsaciones al cruce del puente y creí ver a un taxi que se acercaba. Me subí en él y ahí se acabo todo. Me prometí seriamente no volver a abusar del alcohol.
Río de la Plata. ARONA, p. Cabo de cigarro puro: no el habano entero, como dice el Diccionario. Del mex. Zapota achras. Su fruto, que tiene igual nombre, es del volumen de un melocotón, de carne color de canela, muy blanda y afectivo. Algunos le llaman simplemente chico. Ese error viene de Alcedo. Voz que en lengua mexicana significa seis, y con ella se designa a la persona que tiene seis dedos en la mano.
Para un gallardo joven 1. Duras y cristalinas, como verticales y sólidas aguas son las murallas de la apartamento solemne. Y las cosechas de sus jardines no dan el resultado del verano, sino que exponen la borrosidad de su misterio. Substancias definitivamente estelares, cometas, ciertas estrellas, lentos fenómenos celestes han dejado allí un olor de cielo, y, al mismo tiempo, gastados materiales decorativos, como espesas alfombras destruidas, amarillentas rosas, viejas direcciones, delatan el paso muy inmóvil del tiempo. Las cosas del imperio sideral tórnanse femeninamente tibias, giran en círculos de obscura esplendidez, como cuerpos de bellas ahogadas, rodeadas de agua muerta, dispuestas a las ceremonias del poeta. Colores obispales y cambios de claridad alternan en su morada, y estas luces duales se suceden en perpetuo ritual. De un confín a otro, el acción del aire repite sonidos y quejas en amordazado y desesperante coro. Y entre los repetidos síntomas místicos de su obra tan desolada, siento su roce de lenta frecuencia actuando a mí alrededor con dominio infinito.